Strangers

Desde que todo se vino abajo, nos convertimos en dos extraños.

Dos extraños, que ni siquiera se saludan. Y duele.

Duele que después de cada caricia, cada beso, cada promesa, hagamos como si nada hubiese pasado entre nosotros. Que pasemos el uno por el lado del otro, sin mirarnos. Duele no ver tu sonrisa al saludar.

¿Por qué nos hacemos esto?

Dime que sientes lo mismo, dime que también me extrañas. Que extrañas mis besos, así como yo extraño tu sonrisa. Dime que extrañas tenerme entre tus brazos.

Duele mirarte a la distancia, duele que nuestros ojos se encuentren y al instante se parten, como si fueran miradas robadas ¿qué pasó con cada sonrisa?

Me pregunto si alguna vez nos volveremos a encontrar.

Me pregunto si alguna vez vas a querer volver.

Lo triste es que no volverás, aunque regreses. Ya no seríamos los mismos. Ésto ya no sería lo mismo.

Trato de pelear contra esto, pero sé muy bien, y tú también, que no soy tan fuerte como para lograrlo.

No soy siquiera lo suficientemente valiente como para decirte que te extraño.

Así que sólo lo escribiré. Donde nunca lo leerás. Y bajo un nombre que tampoco entenderás.